Solangela Yamashiro, junto a su hermana Jazmín, lidera la tercera generación de un emprendimiento que nació con su abuela Chiyo Yamashiro, quien dejó no solo una receta, sino también un ejemplo de perseverancia y amor por la cocina. Hoy, el Restaurante Tallarines Okinawa se mantiene como una referencia en la gastronomía local cruceña, fusionando tradición japonesa con toques de sabor oriental criollo.
¿Cómo nace el Restaurante Tallarines Okinawa?
Todo comenzó a finales de los años 80, cuando mi abuelita y mi madre decidieron abrir un pequeño negocio de comida. En ese tiempo pasábamos por dificultades económicas debido a la situación del país, y vieron en la cocina una oportunidad para salir adelante. Como todo emprendimiento, los inicios fueron duros, sencillos y de mucha persistencia.
¿Por qué el nombre “Tallarines Okinawa”?
Mi abuela, Chiyo Yamashiro, era de origen japonés, proveniente de la isla de Okinawa. Ella perfeccionó la receta de tallarines y fue quien nos transmitió, primero a mis padres y luego a nosotras, todos los secretos de su cocina. Así nació el nombre, en honor a sus raíces y al sabor tan especial que nos enseñó a valorar.
¿Desde hace cuántos años funciona el restaurante y tienen sucursales?
Desde finales de los 80 hemos ido creciendo poco a poco, al ritmo de Santa Cruz. Actualmente, atendemos en nuestra casa propia ubicada en la Av. Roca y Coronado, a una cuadra del segundo anillo. No tenemos sucursales por ahora, así que todo lo que se parezca… es solo imitación (ríe).
¿Cuál es el plato preferido por los clientes?
El clásico tallarín con huevo es el emblema de la casa. Es el favorito indiscutido. Con el tiempo hemos ampliado la carta, incorporando sugerencias de nuestros clientes y añadiendo platos extra, postres y una línea de refrescos naturales.
¿Qué tipo de comida ofrecen actualmente?
Tenemos una carta variada que incluye nuestra línea de tallarines, almuerzos familiares, platos extras, postres y refrescos. Es un espacio ideal para venir en familia, con un ambiente cálido, buena atención y precios accesibles. Nuestra cocina ha logrado una fusión armoniosa entre sabores japoneses y cruceños, usando técnicas cuidadas y productos de calidad.
¿Qué opinión tiene sobre el emprendimiento gastronómico en la ciudad?
Es admirable el movimiento que hay. A la gente le gusta salir, compartir, probar nuevos sabores. Eso impulsa a los emprendedores a innovar y a cuidar cada detalle. Santa Cruz tiene un público curioso y abierto, lo que hace que el rubro gastronómico crezca constantemente.
¿Qué significa para usted el emprendimiento Tallarines Okinawa?
Aunque a veces parece fácil emprender en comida, detrás hay muchísimo esfuerzo. Largas jornadas, constancia y aprendizaje diario. Este restaurante es más que un negocio: representa nuestra historia familiar, el amor que heredamos de mi abuela y el compromiso de seguir llevando su legado a cada mesa.
En MujeresHoy.com.bo celebramos historias como la de Solangela y Jazmín, mujeres que honran su legado familiar con esfuerzo, pasión y autenticidad. Tallarines Okinawa no solo es un restaurante, es un símbolo de tradición, resiliencia y sabor que nos recuerda que los sueños, cuando se cocinan con amor, trascienden generaciones.